Composición del empleo público en Tierra del Fuego: una reflexión necesaria
Un reciente informe realizado por Argendata en base a datos
obtenidos por el censo 2022, describe la distribución del empleo público en
argentina y adicionalmente permite analizar los datos revelando la necesidad de
reequilibrar el empleo público en la provincia de Tierra del Fuego.
Un nuevo análisis sobre la composición del empleo público en
la Argentina vuelve a encender las alarmas en Tierra del Fuego, ya que la
provincia concentra casi dos tercios de su personal estatal en administración
pública, mientras que la salud queda relegada a menos del 14% del total, muy
por debajo del promedio nacional.
De acuerdo con los datos del Censo Nacional 2022, a nivel
país la estructura del empleo público se distribuye de la siguiente manera:
55,2% en administración y defensa, 26,4% en educación y 18,4% en salud. Dentro
de la primera categoría se incluyen desde administrativos y técnicos hasta
policías, gendarmes y militares. En educación se contabilizan docentes y no
docentes de todos los niveles, y en salud médicos, enfermeros y personal de
hospitales y centros de atención.
El peso relativo de cada sector cambia según la provincia. En
las más pobladas, como Buenos Aires o Santa Fe, la administración pública ocupa
un lugar menor y crecen educación y salud. En cambio, en jurisdicciones
pequeñas con fuerte presencia estatal, como Santa Cruz, Catamarca o Tierra del
Fuego, la administración absorbe la mayor parte de los recursos humanos.
El caso fueguino: más administración, menos salud
En Tierra del Fuego, la radiografía muestra un 62,2% del
empleo público en administración y defensa, 24,1% en educación y apenas 13,7%
en salud.
La comparación con la media nacional es elocuente, la
provincia tiene 7 puntos porcentuales más en administración y 5 puntos menos en
salud.
Este desbalance podría ser especialmente riesgoso en un
territorio insular, alejado de los grandes centros urbanos donde se concentran
las especialidades médicas. Cada derivación a Buenos Aires o Córdoba supone
costos altísimos y una demora que eventualmente podría ser crítica para los
pacientes.
Además, la baja proporción de personal sanitario en la
estructura provincial podría generar una sobrecarga en los equipos locales, incrementando
el nivel de estrés laboral y limitando la capacidad de respuesta del sistema
sanitario e impactando negativamente en su calidad. En un contexto en que jurisdicciones
como CABA o Tucumán destinan entre el 23% y el 20% de su empleo público a
salud, Tierra del Fuego se mantiene en el fondo de la tabla, representando
entre 7 y 10 puntos por debajo de los distritos que más recurso humano destinan
al área salud.
La necesidad de un giro estratégico
Los datos contenidos en el informe nos invitan a reflexionar
y debatir, sobre la necesidad de avanzar en un reequilibrio gradual del empleo
público fueguino.
Reducir el peso de la administración general, que hoy está
sobrerrepresentada, aumentar la dotación en salud y educación, áreas
estratégicas para el bienestar social, establecer incentivos para la radicación
de médicos y especialistas, incluyendo salarios competitivos, beneficios
habitacionales y planes de formación en conjunto con universidades, podrían ser
algunos de los estímulos para reforzar el sistema sanitario provincial.
Claramente el actual predominio de la administración pública
en Tierra del Fuego constituye una vulnerabilidad estructural.
En una provincia aislada físicamente del continente y
dependiente de los medios aéreos de transporte para acceder a la alta
complejidad médica, reforzar la salud pública articulando fuertes programas de
prevención podría tener un gran impacto positivo en el futuro.
Garantizar que los fueguinos accedan a la misma calidad de
atención que el resto de los argentinos exige un cambio de rumbo en la
asignación del recurso humano estatal. El desafío está planteado, hacia un
debate sobre acciones necesarias.



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