Ganó Trump
Cuando recorremos los logros del gobierno nacional,
encontramos que el mayor capital es la estabilidad económica que se vislumbra
en la desaceleración de la inflación, incluso pese a que buena parte de la
sociedad argentina expresa serias dificultades en su economía doméstica cotidiana.
Frente a un potencial escenario de inestabilidad e incertidumbre
económica luego de los resultados de la elección del 7 de septiembre en la
provincia de Buenos Aires, situación que se pudo palpar en el calentamiento del
dólar, la presión del riesgo país, seguido de fuertes movimientos negativos en
la bolsa de valores y un movimiento al alza de precios en supermercados y
corralones de materiales. Manifestada esta situacion, el gobierno nacional avanzó en una jugada de alto
riesgo, pero también de alto impacto.
Frente a ese escenario de gran incertidumbre e inestabilidad económica
que siembra un manto de temor en la sociedad argentina el gobierno nacional se
jugó una carta muy fuerte con la ayuda de Trump, o el salvataje del presidente
norteamericano Donald Trump que incluyó fuertes expresiones por parte del
titular del tesoro norteamericano Scott Bessent, expresiones que ayudaron a la
estabilidad de los mercados y eventualmente ayudo a que muchos argentinos
puedan realizar una lectura de apoyo externo frente a una crisis con consecuencias
insospechadas.
Cabe destacar que este apoyo, adicionalmente vino de la mano
de un fuerte condicionamiento explicito, fiel al estilo Trump y que arrincono a
gran parte de la sociedad argentina, era Milei o el caos económico, era Milei o
dejarían de ayudar a la argentina, claramente era un apoyo personal y explícito
a la figura y el gobierno de Javier Milei en una coyuntura electoral de alta inestabilidad
economica.
Ante el temor frente a lo incierto y un eventual desastre económico,
una buena parte de la sociedad argentina interpreto de manera positiva la acción
proactiva del gobierno nacional en relación al acuerdo de rescate celebrado con
Donald Trump.
El peronismo
Ante esta potencial amenaza economía en el desarrollo de un proceso electoral Fuerza Patria no tenía nada nuevo para ofrecer y finalmente el temor a la incertidumbre hizo lo suyo.
De hecho Fuerza Patria como opción electoral constituye en sí
misma por sus antecedentes inmediatos de gobierno una percepción de ser los
responsables de la inestabilidad en relación a la economía, con lo cual frente
al contexto predominante no presentaban una opción superadora que permita
contener la situacion.
Con un concepto de unidad sobrevalorado, la campaña peronista
llegó agotada, sin un nuevo relato anclado al futuro, sin conducción y sin una figura capaz de sintetizar
políticamente lo que el espacio debía representar en este momento del país.
El resultado a la vista creo que tiene más que ver con una
estructura que sobrevivió más por el poder de la inercia del proceso electoral,
que por una oferta clara que logre conectar con una base electoral más amplia
en una coyuntura critica.
La “unidad” fue presentada como un valor en sí mismo, pero
sin un contenido político que la sostuviera. Unidad sin rumbo, sin liderazgo y
sin horizonte común, termina siendo apenas una foto de coyuntura, no un
proyecto.
En esta elección en particular, el peronismo demostró que no
alcanza con resistir ni con invocar el pasado. A la luz de los resultados la
sociedad está pidiendo otra cosa, y el voto lo expresó con claridad, sobre todo en una coyuntura cargada de amenazas.
Tampoco hubo una estrategia federal coherente.
Mientras algunos distritos lograron expresar agendas locales
con identidad —defendiendo la producción, el trabajo o los recursos
provinciales—, la conducción nacional se diluyó entre discursos contradictorios
y silencios prolongados que eventualmente especulaban en brindarle un
protagonismo mas amplio al gobierno nacional frente a eventos críticos.
En el intento de agradar a todos, el peronismo terminó sin
interpelar a nadie.
El desafío que se abre ahora es profundo, redefinir liderazgo, identidad y horizonte.
No se trata solo de nombres o de sellos, sino de recuperar
una narrativa que vuelva a conectar con la realidad concreta de los argentinos
—la del salario, la industria, la educación y la dignidad del trabajo, todo esto en un mundo que esta en plena transformacion atravesada por el impacto de la tecnologia.
Porque si algo dejó claro esta elección, es que la política
no puede seguir hablándole al espejo.
El peronismo tiene historia, tiene territorio, tiene
militancia. Pero para tener futuro, necesita volver a tener sentido.
No reconocer lo que está pasando, es el síntoma de un modelo
de gestión que está agotado.
Por último, también comprender que los resultados de la elección
del pasado domingo son fruto de un evento de coyuntura hábilmente aprovechados,
con lo cual responden a un esquema muy volátil, dependerá de resultados concretos
en la micro economía de las familias argentinas a lo largo del próximo año en relación
a sostener el grado de adhesión obtenido por el gobierno nacional, como así también
de que forma la oposición logra interpretar las nuevas necesidades del pueblo
argentino en un mundo que cambia de una forma vertiginosa.

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